SIN MIEDO Y SIN TEMOR: LA DERECHA SERIA NADA TIENE QUE HACER ESTE DOMINGO
En mi reciente columna de la semana pasada advertí, basándome en las publicaciones y desclasificaciones hechas de los archivos de USA, todo el manejo que está haciendo desde hace casi 80 años el estado profundo enquistado en EE. UU. y que ha influido y gobernado el mundo.
Primero fue para imponer el
modelo liberal económico (capitalismo) en contraposición al socialismo-
marxista imperante en la otra parte del mundo (comunismo).
Al derrumbarse el comunismo
en 1992, el Estado impositivo profundo se quedó sin enemigo visible y dieron por ganada la
guerra fría.
Pero el problema era otro
mucho mayor y más peligroso. ¿Cómo seguir controlando el mundo? ¿Cómo seguir
imponiendo un orden global? ¿Cómo seguir manipulando a la opinión pública
mundial para que la única “verdad” fuera el slogan proclamado por todas las
naciones “libres”?
Es así, entonces, como renace
desde las cenizas de sus disparates filosóficos el llamado “Progresismo”, un
proceso intelectual psicológico y sociológico que pusieron en marcha los
filósofos franceses encabezados por Michel Foucault quien fue conocido por sus análisis
sobre el poder, el conocimiento y la sexualidad, basando sus teorías en las realidades
sociales de hospitales psiquiátricos y cárceles.
En otras palabras, dichos
análisis los extrapoló para interpretar el comportamiento social de toda la
civilización cristiana occidental, ayudado por otros intelectuales que
ahondaron en el nihilismo y caos que había que impulsar en Occidente para
cambiar los paradigmas de una sociedad ya añeja.
Como había falta de enemigo
visible, el comunismo tradicional había muerto, el Estado Profundo encontró en
estas teorías el caldo de cultivo para seguir influyendo y así nace desde las
organizaciones controladas por ellos ONU, OTAN, OMS, Banco Mundial, Comunidad
Económica Europea, OEA, la agenda 2030/45/50.
Un nuevo esquema de lucha
basado en los rescoldos vivientes del antiguo socialismo marxista, hoy
socialismo democrático, surgiendo así todos los nuevos paradigmas que golpean a
diario nuestras conciencias: desigualdad, género, inmigración, etnia, pueblos
originarios, cambio climático, ecologismo dogmático, veganismo, feminismo, etc.;
apuntando a la destrucción del lenguaje, símbolo fundamental de nuestra
identidad y de nuestra forma de relacionarnos. Ahí tenemos a Bachelet, desde el
púlpito del poder, imponiendo el ellas, ellos, todas y todes, argumentando romper
con el patriarcado opresor y enumerando más de 100 tipos de géneros sexuales.
Cambian los paradigmas
sociales y comienzan a través de medios y redes de comunicación, a concientizar
a la población sobre la importancia de las minorías haciéndonos culpables de
una opresión social casi eterna.
Se ha llegado al extremo de
tergiversar la historia y de reescribir las etapas fundacionales del concepto
de Patria, Soberanía, Familia y Nación. No olvidar que se pretendió tener una Constitución
con un estado plurinacional dentro de un concepto social y democrático de
derecho, (Socialismo puro).
Es decir, un diseño llamado
progresismo e impulsado por todos los sectores políticos del país, sin
distinción ninguna.
Hay que recordar que el grupo
Davos, organizado por el eje central del globalismo, el grupo Bilderberg, premió
e invitó como líderes del futuro a Schalper y Jackson, quienes redactaron
los proyectos constitucionales- refundacionales, fracasados.
Schalper por la pseudo
derecha, hoy apoyando a Matthei y Jackson, apoyando la consecución de este
gobierno (Toha, Jara, Winter). Estos tres son responsables activos de la
destrucción actual de Chile y la pseudo derecha, con Evelyn a la cabeza, los
cabecillas de la traición a la Patria.
No olvidar que dicha
candidata fue la de la famosa frase “la Constitución está muerta “
Con todo lo dicho me detengo
un instante. El próximo domingo hay una elección primaria, VOLUNTARIA y solo para los
militantes y simpatizantes de izquierda.
Ahí no tienen nada que hacer
los partidarios de una sociedad libre, aquellos que sienten la profundidad de
la Patria, de la Nación y de la Fe cristiana.
Elegirán entre ellos quien
mejor representa el proyecto progresista que desean imponer en Chile desde hace
ya más de 10 años.
Quien crea que votando por
Toha nos salvamos del comunismo no solo se equivoca, se subió al carro atrasado de la historia.
No es el comunismo el peligro,
es el PROGRESISMO y éste lo representan por igual: en magnitud, profundidad y
alcance los tres candidatos de izquierda, con disfraces distintos. Ellos creen que
el trabajo de adormecimiento a las conciencias chilenas les puede dar un buen
resultado.
Entonces, retomando, estamos
insertos en una guerra ideológica mundial: el Patriotismo contra el
Progresismo. ¿O acaso no ha mirado qué pasa hoy con el despertar de naciones
europeas o americanas? Ahí tiene en Italia a Meloni; en Francia, a Le Pen; en
España, a Abascal; en Rumanía, a Georgescu; en Hungría, a Orban y pronto en los
Países Bajos el gobierno será de derecha igual que en países como Suecia o
Dinamarca.
Para que hablar del liderazgo
de Trump quien le dio clases al mundo de cómo se toman decisiones cuando no
sólo hay una crisis sino cuando hay un peligro inminente que afecta a occidente.
Si tan solo hubiese en Chile
un solo liderazgo como los mencionados, nuestro futuro sería más tranquilo.
Pero la vida, la experiencia
y sobre todo el privilegio de conocer el mundo me hace pensar que, finalmente,
se impondrá la naturaleza divina del SER, esa cuya esencia no está en más o
menos estado, no está en la fantasía de la democracia ni mucho menos en cuanto
tienes cuánto vales.
Los pueblos que han nacido
bajo la protección de valores y principios acuñados en el alma desde hace más
de 2500 años saben que lo que no tienen que perder es la búsqueda permanente de
la triada que nos ha hecho dignos: la verdad, el bien y la belleza.
Por eso dejo planteada mi
esperanza en un hombre que si puede tomar el liderazgo, que puede restablecer
el estado de derecho. Que puede a Ud., Señor, señora, darle la oportunidad de
volver a tener un sueño tranquilo y seguro. Aquel que aleje a Chile definitivamente
de un progresismo perverso que tiene como arma ideológica la mentira y la
desinformación que son el alimento que Ud., mi estimado lector, está comiendo a
diario embadurnado de odio.
No hay donde perderse:
escuche, mire bien y compare. Ahí se dará cuanta quien tiene la impronta de la
autoridad.
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