NUNCA COMO HOY LA VERDAD SE IMPONE: JARA UNA IMPOSTORA
(AHORA| Viralizan registro de Jeannette Jara cuando era abogada de la "primera línea", en 2019. La candidata pidió no compartir este video)
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La lucha contra el partido comunista debe ser frontal, clara y decidida.
No se debe aceptar el
eufemismo planteado por la Jara, que ella representa el centro de la moderación
política y que no es la candidata del Partido Comunista. Mucho menos aceptar
los berrinches del alcalde de Maipú cuando señala “que hay que terminar con el
cuco comunista”.
Vayamos por parte, el PC es
el único espécimen existente en el mundo que mantiene, en la forma y fondo de
su planteamiento político, la estructura del materialismo dialéctico e
histórico inmutable. Ellos se rigen sin vacilación por la: tesis - antítesis y síntesis.
Bajo esta fórmula dialéctica, ellos han trabajado siempre en dos frentes: el
legal, para incorporase al juego democrático y no solo influir sino infiltrar
las instituciones y organizaciones de la sociedad y del Estado y, por otro lado,
el ilegal, creando una estructura paralela paramilitar fuertemente equipada
para generar las revueltas sociales, las tomas de terreno, o simplemente para
asesinar al adversario. (Lea los acuerdos del último congreso del Partido
Comunista chileno).
El Partido Comunista creó la
brigada Ramona Parra, encargada de pintarrajear todo el país con mensajes
llamando a la destrucción del capitalismo y la burguesía, con rótulos de odio a
la sociedad permanentemente.
Creó el Frente Patriótico
Manuel Rodríguez, brazo armado del partido, quienes bajo el liderazgo del difunto
secretario general del partido, Guillermo Tellier, quien ordenó y planificó el atentado
al presidente Pinochet, donde asesinaron a cinco de sus escoltas y asesinando
en abril de 1991 al senador y fundador de la UDI Jaime Guzmán Errázuriz.
En tiempos ya pasados Luis Corvalán
justificó las armas que el PC almacenaba con una frase muy campechana “por si
las mosca” y ¿cuáles eran las moscas? el temor a los militares que, en 1973, se
podían revelar contra Allende. Y cuando eso, gracias a Dios ocurrió, el
comunismo actuó por la vía de la violencia armada.
Al ser derrotados por las Fuerzas
Armadas, lloraron al mundo por los derechos humanos de los terroristas muertos.
El victimismo siempre presente como arma emocional.
En toda la historia de este
partido la lucha violenta ha sido parte de su estrategia y, siempre en
democracia, han luchado por desestabilizarla. Por esta razón, el presidente
Gabriel González Videla, los declaró fuera de la ley y envió a su dirigencia al
campo de concentración en Pisagua, para que sintieran en carne propia lo que su
homólogo comunista gobernante de Moscú hacía con la disidencia. (No olvidar las
Odas escritas por el comunista Neruda a Stalin)
En este macabro juego de
jugar dentro de la democracia y fuera de ella para destruirla, llegamos a la revuelta
de octubre del 2019 donde todo Chile sufrió en carne propia el terrorismo,
vandalismo y delincuencia coordinado y orquestado por el Partido Comunista para
dar el golpe de Estado y derrocar a Piñera. Miles de familias perdieron sus
fuentes de trabajo. El espacio público y privado destruido, los símbolos
patrios ultrajados, iglesias quemadas. Carabineros y policías heridos y
golpeados por las turbas enfurecidas por el odio y el resentimiento social,
inculcado día a día por el discurso comunista.
Piñera en su desesperación
convocó a un pacto por La Paz corrieron todos los partidos políticos a formar
parte de esta mascarada, menos el Partido Comunista.
Aquí aparece la Jara, como líder
de los abogados que defendieron a los terroristas y delincuentes de la primera línea.
En entrevista televisada con
la periodista Mónica Rincón, aparece con el mismo lenguaje tranquilo, sereno;
pero con el mismo odio y la mentira como argumento central de su postura. Jara
la defensora de la primera línea en contra del Estado, en contra de la Nación,
en contra del orden y del estado de derecho. Finalmente, en contra de Ud.
Entonces no es un cuco, no es
la bruja de un cuento de hadas que le hizo comer la manzana envenenada a
Chile Vamos con la reforma previsional. Es más que eso, es la quinta
esencia de un planteamiento político que busca instaurar un modelo de sociedad
en que no exista la propiedad privada (su casa como sueño de vida) ya que todo
vestigio burgués debe ser eliminado. Donde su fe y sus creencias deben ser
conculcadas, ya que es el opio del pueblo con el cual se nutre la resistencia
al comunismo. Donde el concepto de familia no existe, y donde solo existe el
núcleo llamado estado del cual Ud. será sirviente.
La Jara de moderación,
diálogo y presuntuosa representante de un nuevo centro, no existe. Sólo existe
la Jara genéticamente comunista, iniciada desde los 14 años, con los genes de
la maldad y el odio impresos en su código de pensamiento, donde el diálogo es
estrategia y donde y la moderación es una máscara que cubre el rostro del
propósito incubado por la ideología desde los tiempos de Lenin y hoy, acomodada
por los planteamientos de Gramsci, quien le da el puntapié inicial al
progresismo.
Se que más del 60 % de la
población chilena no sabe lo que es el comunismo y solo ven a una señora con
cara de bonachona, bailando cumbia, que plantea problemas sociales que ellos
mismos han creado, con recetas para resolverlos. Recetas que, una vez
implementadas, serán la tumba de un pueblo libre que por ignorancia se dejó
llevar por el sonido de la flauta tocada por la simpática Jara Hamelin, quien
cobrará su precio igual que la leyenda llevándose no a los 130 niños, sino que
la libertad de todo un pueblo.
El comunismo, como doctrina,
es contraria a la naturaleza del hombre, por eso el catolicismo la condenó como
intrínsecamente perversa.
Entonces amigo querido,
dígale a los jóvenes y vecinos que no lean a Marx o a Lenin, que lean a uno más
actual, de ayer solamente. El libro que recomiendo se llama: “Nuestros Años Verde
Oliva “, ahí un camarada de la Jara desde la más tierna infancia; hoy,
arrepentido, le demuestra a Ud. cuál es el destino de una sociedad regida por
el comunismo.
Hoy representada por la
abogada de la primera línea, Doña Jeannette Jara, defensora del terrorismo que
destruyó Santiago y aterrorizó al país completo.
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