RAZÓN Y FE: Elementos Esenciales del SER Anticomunista
Enfrentado el país a una
difícil crisis política, donde las fuerzas de izquierda han levantado como
opción el comunismo, se hace necesario clarificar con meridiana exactitud el
alcance de uno de los conceptos más necesarios a tener presente: El anticomunismo.
Hoy, cuando hay voces y
programas ideologizados encargados de mentir y desinformar, han tomado este
concepto como un término victimizante, intentado hacer creer que se descalifica
un proyecto político democrático y liberador. Una burda mentira con lo cual,
una vez más, se pretende engañar al pueblo.
He sido anticomunista
toda mi vida, basado en la lectura de textos y experiencias que la historia ha relatado.
Hoy lo explicaré tomando como referencia a uno de los teólogos y sabios más
relevantes del siglo XX y comienzos del XXI, de tal forma que se
entienda el real significado de esta acepción.
Joseph Ratzinger, Papa
Benedicto XVI, tuvo una postura anticomunista arraigada en su formación
teológica y su visión del mundo. Su oposición al comunismo se basaba en la
incompatibilidad de esta ideología con los valores cristianos, especialmente en
lo que respecta a la libertad religiosa, la dignidad humana y la verdad
objetiva. El anticomunismo, el Papa Ratzinger, lo explica por la
incompatibilidad con el cristianismo, ya que lo veía como una ideología
materialista que niega la existencia de Dios, el alma humana y la
trascendencia, elementos fundamentales para la fe cristiana. El comunismo,
en sus diversas manifestaciones, históricamente reprimió la libertad religiosa
y la práctica de la fe, lo que Ratzinger consideró siempre una grave violación a
la dignidad humana. Pero, al mismo tiempo, denunciaba el relativismo
moral y filosófico, que veía como una característica del comunismo y de otras
ideologías que cuestionan la existencia de verdades objetivas y
universales. Sin embargo, a pesar de que el Papa Benedicto no era un
defensor incondicional de la democracia liberal, sí reconocía su valor como
sistema político que garantiza la libertad de expresión y la
participación ciudadana, valores que el comunismo niega y con el poder conculca.
En resumen, la oposición de
Ratzinger al comunismo se basaba en su creencia de que esta ideología es
intrínsecamente incompatible con los valores cristianos, especialmente en lo
que respecta a la libertad religiosa, la dignidad humana y la verdad. Es
por esta razón que Ud., señor, señora, debe a este sabio Papa una gran herencia.
La gran herencia que nos legó es su profundo anticomunismo, buscando silenciosamente la manera de que en el mundo no se pueda materializar esta ideología, promoviendo para ello el encuentro entre FE y RAZON. También expresó asuntos prepolíticos como el aborto, la eutanasia y la familia, que marcan una barrera vedada a los parlamentos donde estos temas se discuten, ya que dichos defensores de occidente deben guiarse bajo los criterios de la recta razón.
El Papa denuncia que el
camino de la verdad se ha hecho inentendible para la sociedad política, desentendiéndose
ésta de la pregunta por el Fundamento y cayendo en el relativismo,
consideración que no es racional.
Es en este punto donde el
Papa Ratzinger vuelve a poner en la discusión, intelectual y política, el ius
naturalismo, remozando el concepto y volviendo los debates acerca de si
hablamos de derecho o de moral o, acerca de si el hombre tiene naturaleza o
tiene historia.
La caída del socialismo real
-comunismo- y del proyecto socialista en 1989, supone el rescate de las ideas
acerca de las raíces cristianas de occidente y en esto, sin duda, Ratzinger,
entre esa fecha y 2004, interviene en su afán por buscar un lugar a la religión
en un mundo del nuevo paganismo, reiterando la necesidad de un encuentro entre
Razón y Fe.
Por eso, mi estimado lector,
refuerzo la posición anticomunista por ser esa ideología contraria a la
naturaleza del ser y los llamo a no dejarse intimidar por los agentes del mal,
por aquellos que pretenden lavar las conciencias con falsas interpretaciones o,
por aquellos mercaderes que, pretendiendo salvar sus propios intereses, promueven
crear puentes de plata para que sigan triunfando las ideas del mal. La Razón no
acepta el chantaje, ya que éste favorece a una doctrina intrínsicamente perversa
que no respeta el derecho a la vida, no respeta el derecho de propiedad y no
respeta la libertad.
Todo lo anterior se ha visto
plenamente reforzado. El 08 de mayo de 2025, en la primera alocución del Papa
León XIV;” Reafirmó con claridad: la Iglesia no puede ceder ante ideologías
comunistas ni ante imposiciones culturales que niegan la ley natural. Cristo es
la Verdad y solo en Él hay libertad”.
Entonces, tome conciencia,
el anticomunismo es una verdad que se sustenta en la RAZON y en la FE. No se
equivoque, no hay caminos de acuerdos, de diálogos o de transacciones con los
representantes del mal y sus cómplices.
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